PARROQUIA DE LA STA CRUZ

Barrio de la Cruz. Bilbao (Begoña)

15 noviembre, 2009

EL BUEN OLOR DE CRISTO



La vocación cristiana: como el fermento, como la sal, como la luz, como la rosa.
Dice una fábula persa: Un día, un caminante halló un trozo de barro tan aromático, que su perfume llenaba toda la casa.
-¿Qué eres tú? –le preguntó el caminante-. ¿eres alguna gema de Samarcanda, o algún extraño nardo disfrazado o alguna otra mercancía preciosa?.
-No. No soy más que un trozo de barro.
-Entonces, ¿cómo tienes este aroma maravilloso?
-Amigo, te voy a revelar un secreto: he estado viviendo junto a una rosa.

Así como queremos ver cosas bellas, oír melodías agradables, saborear majares exquisitos, tocar objetos placenteros, también queremos dejarnos seducir por olores embriagadores. Son realidades que necesitamos y buscamos. En la naturaleza hay una oferta extraordinaria de aromas y fragancias. La industria y el comercio se esfuerzan por perfeccionar y ampliar el producto.
Pero el olor, aparte de su realidad natural, tiene también un valor de símbolo:
• Puede significar amistad: cuando regalamos a la persona amiga un apropiado perfume o unas flores de aroma delicado.
• Puede significar generosidad: si el perfume que ofrecemos es costoso.
• Puede ser un memorial, como tal vez nos recuerda las personas o las experiencias del pasado.
• Puede significar veneración y adoración cuando utilizamos el aroma en el ámbito religioso, como el incienso; algo que ya regalaron los reyes Magos.
• Puede significar sacralizad, convertido en sacramento, como el santo Crisma, para el Bautismo, la Confirmación y el Orden sacerdotal.
• Puede significar pasión y pascua, cuando se utiliza para la sepultura y para la inmortalidad, como en el caso de maría en Betania o en otros múltiples ritos funerarios.