BAUTIZO DE SAMUEL

Para la familia de Samuel, este domingo 24 de Junio de 2007 no fue un día cualquiera. La gente se despertaba perezosamente mientras en los calendarios de los hogares de muchas familias cristianas, se podía ver el santoral, que conmemoraba el nacimiento de San Juan Bautista. Buena costumbre la de comenzar el día, tomando conciencia de quien es el protagonista real.
Que yo recuerde son pocos los santos mencionados en el evangelio a los cuales se les dedique un día especial por su nacimiento.

Un momento del Bautizo con los monaguillos

En cierto modo, tiene su importancia si pensamos que San Juan se autoproclamaba, como “la voz que clama en el desierto” y preparaba el camino “para el que ha de venir, y al cual no soy digno de desatarle la correa de su sandalia” Todo una lección de humildad, para el que posteriormente habría de bautizar al mismo Jesús. Lección difícil de aprender en estos tiempos modernos que nos ha tocado vivir.

Los padres encienden el Cirio

Y también una indicación, que nos ayuda a dirigir nuestra mirada hacia estos niños que como Samuel van ha ser bautizados y han entrado a formar parte de los hijos de Dios.



Me imagino la alegría de la Madre del Cielo, preparando un rincón, en el lugar más soleado, allá arriba para que Samuel juegue con sus nuevos hermanos y se prepare para ser un ejemplo de vida y así conseguir que este mundo sea un poco más positivo y más acogedor. Necesitamos padres como Sonia y Eduardo que día a día, con ese esfuerzo y con ese cariño hacia sus hijos, y no solo a Samuel, sino también a Fabiana y a Jonatan, les empujen a formarse como personas cristianas partícipes de una comunidad, en la que a medida que vallamos aportando amor, todos nos beneficiaremos de sus efectos, no solamente ella, sino toda la comunidad de creyentes.
Estas ideas, al principio suenas un poco extrañas, pero a la larga tienen que dejarse que calen, como en agua cuando empapa la esponja.

La familia reunida a la salida del templo

Como padrino de Samuel, quiero volver a repetir y a recordar, lo que nos invitaba a leer Don Ricardo durante el bautizo.
- Padre, me han escogido como padrino
- y estoy contento.
- Te pido por mi ahijado:
- que crezca sano y fuerte,
- que la fe que alumbras en él por el bautismo lo haga feliz,
- que aprenda a conocer, amar y seguir a Jesucristo,
- y viva lleno de tu amor.
- Concédeme que yo sea para él un buen ejemplo,
- y sepa ayudar a sus padres
- a hacerle descubrir el camino del Evangelio.
También quiero ser portavoz de su tía Aída (a la que felicito desde estas líneas), fotógrafa del evento, que me consta sacó unas fotos estupendas del acto religioso. Y como no, mi recuerdo para Sonia la eficiente madrina siempre en su puesto y su hermana “Katxi” gran colaboradora de la parroquia.

Otro momento de la ceremonia

Por último dar mi enhorabuena, al resto de las familias, padres, madres, padrinos, madrinas que con sus pequeños pusieron una nota especial en la celebración, a los cuales siento no poder nombrar, por no conocerlos personalmente. Para todos ellos y en especial para Samuel y su familia, un cariñoso abrazo.

Miembros de la comunidad religiosa

Termino como en ocasiones anteriores, citando la carta de San pablo a los romanos:
- Los que fuimos bautizados en Jesucristo, fuimos bautizados en su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una nueva vida.